CHARATA (Agencia) -
El árbitro Sebastián Vasallo y otros tres charatenses vivieron el miércoles por la noche una pesadilla en la ruta 89, cuando perseguidos por dos camionetas salvaron su vida de milagro. En su relato, el joven árbitro de básquet aseguró que están individualizados los conductores
y los vehículos que manejaban, y que serían padres de jugadores del Club Social de Las Breñas, que minutos antes habían estado presentes en General Pinedo donde se disputó la final de la categoría U-13 del Torneo que organiza la Asociación del Sudoeste Chaqueño. En un crudo relato, Vasallo contó la odisea que vivió tras el partido de Pre-Infantiles (hasta 13 años) que tuvo como protagonistas a los clubes Pinedo Central y Social de Las Breñas, y que se disputó en General Pinedo en la noche del martes. El juego correspondía a la serie final y era el segundo enfrentamiento entre ambos clubes, que terminó coronando a los locales como campeones de la categoría.
y los vehículos que manejaban, y que serían padres de jugadores del Club Social de Las Breñas, que minutos antes habían estado presentes en General Pinedo donde se disputó la final de la categoría U-13 del Torneo que organiza la Asociación del Sudoeste Chaqueño. En un crudo relato, Vasallo contó la odisea que vivió tras el partido de Pre-Infantiles (hasta 13 años) que tuvo como protagonistas a los clubes Pinedo Central y Social de Las Breñas, y que se disputó en General Pinedo en la noche del martes. El juego correspondía a la serie final y era el segundo enfrentamiento entre ambos clubes, que terminó coronando a los locales como campeones de la categoría.
El episodio denunciado ocurrió cuando Vasallo, junto a los árbitros Frabricio Ranea y Franco Digiulio, además del comisionado técnico Alfredo Gerzel, regresaban a Charata tras haber sido autoridades del cotejo que enfrentó al club breñense con los locales de Pinedo Central. “Fue una final bien jugada, con mucha lealtad y con un básquet de alto nivel de los chicos. En cancha no hubo ningún problema y finalizado el partido se entregaron los trofeos”, describió el juez. Sin embargo, aseguró que terminado el encuentro se repitieron algunos episodios bastante comunes en partidos de las categorías formativas. “Cuando estábamos en la mesa de control terminando de hacer los papeles para poder volver a casa, se aproximó un allegado a uno de los jugadores del Club Social y comenzó a insultarnos”, contó Vasallo. Así, dijo que esa persona -cuyo nombre no mencionó- no cesó en su actitud “amenazante” hacia las autoridades del partido, y los desafió “a reñir fuera de la cancha”. “Estaba muy agresivo”, relató el árbitro.
Pasados unos 20 minutos, según siguió contando, cuando se disponían a abordar el vehículo para regresar a Charata fueron nuevamente abordados por tres o cuatro personas que acompañaban al presunto agresor, quienes profirieron más amenazas. “Dijeron que me habían cortado la correa de dirección del auto y que me iba a matar en la ruta. Me advirtieron lo que me iba a pasar en la ruta porque me iban a chocar con la camioneta”, señaló Vasallo. En la ruta Pese a las advertencias que el árbitro dijo haber recibido, junto a sus tres compañeros emprendió el viaje de retorno a Charata. “Pasando el Gauchito Gil, una camioneta que venía a alta velocidad nos encandiló y prácticamente nos apoyó el paragolpe en la parte de atrás. Y después nos superó y empezó a zigzaguear adelante nuestro, de banquina a banquina, levantando piedras que impactaron en mi vehículo y que provocaron rajaduras mínimas en el parabrisas”, relató Vasallo. “Nosotros íbamos a 90 kilómetros por hora y nos frenó de golpe adelante, y casi lo chocamos”, agregó enseguida. No fue todo porque después, según el árbitro, apareció en escena otra camioneta. “Era una Toyota Hilux negra que se puso atrás y nos venía empujando”, narró. Aseguró que dentro de las camionetas viajaban algunos jugadores del club Social de Las Breñas a los que pudo ver- y lamentó el aprendizaje que el incidente dejará en los jóvenes valores. En este contexto, dijo que prefirió no estacionar el auto ni reaccionar “por respeto a los chicos que venían conmigo y a los jugadores que iban en las camionetas, y que veían las locuras que estaban haciendo las dos personas que manejaban”. Según continuó refiriendo el árbitro, todo concluyó cuando, cerca del ingreso a Charata, fueron arrinconados contra un camión que transitaba por la carretera y por milagro no lo colisionaron. La denuncia En vistas del episodio y mientras transitaban todavía por la ruta 89, los árbitros dieron aviso a la policía. “Llamamos porque tuvimos miedo de algún accidente. Nos dijeron que en la entrada a Charata tratarían de interceptarlos”, señaló Vasallo.
Así fue como un kilómetro antes del acceso sur a esta ciudad, una patrulla policial intentó detener a ambas camionetas pero las dos siguieron viaje, esquivando el control por las banquinas. De todas formas, el árbitro aseguró que ambos vehículos están identificados y fue presentada una denuncia penal en la comisaría de Charata. Por último dijo que uno de los conductores sería dueño de una empresa de fumigaciones aéreas y otro sería el gerente de la sucursal de un importante banco de Las Breñas. “Esto nunca me pasó, pero ahora le voy a dar un corte y dejaré que mi abogado se haga cargo de todas las acciones necesarias.
El trago amargo ya está superado”, concluyó Vasallo. Si los dichos del árbitro charatense se confirman tras la investigación judicial, la irracionalidad fuera de un estadio y el fanatismo de algunos padres habría superado esta vez todos los límites de la lógica, para transformarse en una amenaza para la vida de cuatro charatenses que volvían de cumplir con su trabajo en una cancha de básquet.
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